Estos viñedos se ubican en el Valle de Curicó, descrito por expertos y enólogos de renombre mundial, como el "corazón de la industria vitivinícola chilena". De hecho, estas vides se encuentran entre la Cordillera de los Andes y el Océano Pacífico, por lo que disfrutan del clima mediterráneo del Valle Central de Chile. Esta combinación de elementos geográficos y climáticos proporciona a las uvas las condiciones ideales para alcanzar su maduración perfecta.