Estos viñedos se encuentran ubicados en las laderas de los cerros de Majadilla, nutridos por los ríos Lontué, Teno y Mataquito, cuyas aguas provienen directamente de la Cordillera de Los Andes. La influencia de estos cauces de agua producen un balance natural perfecto para nuestros viñedos, otorgando vinos de gran estructura y elegancia.